Tlahtolin ka amo miktli.

"Tlahtolin ka amo miktli, za kochi. Ueliui ieualiztli, uan in tlaltikpac imachtiaz kakiz..." (La palabra no está muerta, solo duerme. Pronto se levantará, y el mundo se enseñará a escucharla...) Jhavi.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Los héroes también mueren: Epílogo.



 Nací creyendo en  la existencia de héroes... a través de los años, de las batallas, de las victorias y las derrotas, espero morir fiel a esa creencia.

            En el recorrido  luctuoso por aquellos ideales heroicos, nos hemos encontrado con la sorpresa de que no todo está perdido, a pesar  de la velocidad a la que avanza el pensamiento moderno, esa misma intensidad está siendo reflejada en el pensar de las nuevas generaciones, lo efímero, lo fácil, lo plus,  no prosperará. Los problemas a los que nos enfrentamos hoy, no son distintos a los que enfrentaron generaciones anteriores.

Ya sea en la historia, en la literatura o en cualquier otro medio, los héroes restauran el orden y son fuente de inspiración, condensan los valores positivos vigentes en su contexto. Por los medios masivos de comunicación, la idea de globalización o cualquier otra cosa que nos lleva a la individualidad, al nihilismo, en el momento de percibir que dichos valores han cambiado, olvidamos el significado de la lucha del caudillo, la desvirtuamos, y así matamos al héroe que fue vanguardia. Cuando pensamos que los héroes son inmortales, nos damos cuenta de que es el prójimo, su único punto débil, por él muere. Al olvidar el ideal, el objetivo en la lucha de un héroe, lo estamos matando automáticamente.
           
Estar dispuesto a sacrificar el bien propio por el bienestar común es la principal característica de un héroe; y es la falta de éste, la principal consecuencia de que los grandes ideales por los que lucharon estén hoy  muriendo. Los héroes trascienden por sus acciones y por la forma en que ven el mundo e intentan mejorarlo. Sirven para darle sentido y entender los cambios de la sociedad, son sus acciones las que forman los cimientos sobre los que construimos nuestro futuro.

Sabemos que los héroes también mueren, pero a través de nosotros sus ideales viven para siempre. Tengo la esperanza, de que cuando nos cansemos de tanta corrupción, cuando acabe la necesidad de recurrir a la violencia, cuando la somnolencia acabe, revivamos esos ideales. Ya sea que te pongas una máscara, un disfraz o lleves en tu persona la fiel imagen de un caudillo. Entonces, en el horizonte quizá pueda ver la silueta de un nuevo héroe.
                                       FIN.

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