Tlahtolin ka amo miktli.

"Tlahtolin ka amo miktli, za kochi. Ueliui ieualiztli, uan in tlaltikpac imachtiaz kakiz..." (La palabra no está muerta, solo duerme. Pronto se levantará, y el mundo se enseñará a escucharla...) Jhavi.

lunes, 4 de julio de 2011

De las cosas que dejan huella.



Hace poco, tuve la oportunidad de encontrar en una red social a una de mis maestras de bachillerato, curiosamente, en este momento estoy impartiendo aquella materia de la cual recibí no solo la información sino el mismo gusto con el cual veía a mi profesora dar la clase. Agradecí, vía “Inbox”, todo aquello que había recibido de esta persona que aún hoy es importante en mi vida profesional. Una de las cosas que le comentaba era que desafortunadamente, en la docencia, es muy difícil ver un resultado inmediato del trabajo, es decir, en la mayoría de las ocasiones el profesor imparte una clase, transmite conocimientos y el resultado de ese trabajo no se ve hasta que, dicho alumno está ya en educación superior o en la vida laboral; en mi caso en particular una vez que egresé del bachillerato, perdí el contacto con mi profesora así que,  ella no obtuvo retroalimentación de los resultados de su trabajo en mí, hasta hoy que insisto la encontré en una red social.
Eso me llevo a pensar en qué fue lo que hizo para cambiar mi vida, cómo fue que de manera consciente o inconsciente se adentraron en mí las ideas impartidas por aquella persona.
Al principio de mi carrera como docente, encontré que la primera dificultad que tenia, no era la falta de conocimiento, sino la falta de presencia frente a un grupo y la falta de capacidad para transmitir ese conocimiento. Lo que hice fue tratar de recordar cómo yo había adquirido el conocimiento y, el pensamiento me llevó rápidamente a mis maestros, desde la primaria hasta la universidad. Hago aquí un paréntesis para mencionar que no todos los profesores que tuve a lo largo de mi educación obtuvieron para mí la categoría de maestros; algunos pasaron de largo en mi vida, lo cual también agradezco pues me obligaron a buscar por métodos propios el conocimiento; pero la categoría de maestros, la tenia celosamente guardada para los que me enseñaron no solo la teoría del conocimiento, sino su uso, la manera de aplicarlo, integrarlo a mi vida cotidiana; aquellos que fomentaron mis actos siniestros, ya que al ser zurdo de nacimiento, nunca pude ser diestro; esos, son aún mis maestros, pues no dejo de aprender y después de tiempo, después de haber salido del aula, cada vez que los recuerdo, viene a mí una nueva enseñanza. Ellos son los que inspiraron mis primeros métodos de enseñanza.
La segunda dificultad que enfrente, creo que ha sido y sigue siendo la más difícil. Me di cuenta de que tenía una función social, que mi papel no era solo el transmitir los conocimientos, sino que así como en el pasado mis maestros me enseñaron a aplicarlo, de la misma manera tenía yo procurar con mis alumnos, que encontraran la utilidad del conocimiento, ya me había dado cuenta de cómo cambio mi vida un maestro, ahora debía reflexionar sobre qué puedo hacer yo para cambiar la de mis alumnos. Para mí la función social del docente sigue siendo lo más difícil ya que constantemente está cambiando la materia prima de nuestro trabajo, los alumnos; la necesidad de renovarme, de actuar a la par de las necesidades de los jóvenes, y más cuando pasan los años y más grande se hace el bache generacional entre el profesor y el alumno; eso es lo difícil.
            Hoy en día, lucho constantemente por superar dichas  dificultades: me preparo, llevo a cabo una actualización continua, intento aplicar una didáctica eficaz, y me hago responsable de mi función cómo docente; sin embargo, cuando veo a las nuevas generaciones fracasar en el mundo laboral, cuando veo el desinterés por entender los conceptos que uno les está dando en el aula, en el momento en que analizo las estadísticas de cómo está el nivel educativo en México, es ahí donde me doy cuenta que algo no estoy haciendo bien, que algo no estamos haciendo bien.
            En esta ocasión, surge una nueva reforma educativa, es una oportunidad de cambiar las cosas, una reforma que de entrada involucra no solo los planes de estudio, sino a toda la comunidad; que busca crear un sistema nacional de bachillerato en un marco de diversidad, y la respuesta a ¿Cómo puedo favorecer el proceso de cambio?, diría que cambiando, mejorando mi forma de impartir la clase, de relacionarme con mis alumnos, transmitiendo ese deseo de solucionar un problema común , me propongo ser agente de cambio. Algo que les imparto a los alumnos es  que en la vida se es actor o público, si decides ser público, siéntate y disfruta el espectáculo; pero si decides ser actor, entonces comprométete a que todo salga bien, atrévete a romper la cuarta pared, esa que impide que el actor se relacione con el público. El docente debe hacer lo mismo, romper la pared que divide entre ser autoritario y guía, en alzar la mano para callar o extenderla para apoyar.
            En mi rol de docente, buscaré conocerme, conocer mis competencias, aplicarlas en el aula, en mi vida, en la de mis alumnos. Tal vez algún día, en una red social, reciba en mi “Inbox”, un mensaje agradeciéndome el haber formado a un ser humano. 

1 comentario:

  1. Es curioso que haya leído esto justo cuando el grupo de teatro en el que estoy está por cumplir cuatro años de existir.
    Todo lo que he aprendido y lo que he amado del teatro ha sido porque alguna vez, hace ya casi siete años decidí entrar a lo que parecía ser un sencillo taller de teatro de preparatoria... resultó no tener nada de sencillo, sino al contrario, tuve que enfrentar un montón de miedos que bien pudieron haberse quedado evadidos y rezagados en algún rincón.
    Y pienso, ¿qué sería de mi vida si el teatro no fuera mi más grande prioridad? Lo amo más de lo que amo Filosofía y pienso hacer teatro hasta que la vejez me impida moverme.
    Teatro Anda sin Zapathos se llama el grupo al que pertenezco y pronto se transformará en una asociación civil para lograr una estabilidad económica más fuerte que la que tenemos ahora como simple grupo universitario. Ojalá algún día pueda ver alguna de nuestras presentaciones.

    Y bueno, no sé la verdad si soy un ser humano hecho y derecho, lo que sé es que fue gracias a usted (no podré nunca tutearlo) que una tremenda pasión ha estado creciendo dentro de mi. Y creo que esa es una de las cosas más complicadas de lograr: hacer que alguien encuentre en lo que hace un verdadero significado para continuar viviendo.
    Muchas gracias.

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