Tlahtolin ka amo miktli.

"Tlahtolin ka amo miktli, za kochi. Ueliui ieualiztli, uan in tlaltikpac imachtiaz kakiz..." (La palabra no está muerta, solo duerme. Pronto se levantará, y el mundo se enseñará a escucharla...) Jhavi.

lunes, 24 de enero de 2011

JUEGOS MODERNOS




“Con el control remoto en una mano y el balón en la otra, el niño de hoy, nombrado por algunos el hombre del mañana, juega a la televisión.”

En una imagen en tonos sepias, casi de manera cinematográfica, llegan a mí las añoranzas de aquellos infantes alegres que sin más preocupación que el transgredir ese espacio delimitado por dos piedras, dos mochilas o los dos objetos más cercanos, o menos pesados, que hacían la función de portería. De manera melancólica, recuerdo los juegos más comunes de los infantes algunas décadas atrás, la libertad con que lo hacíamos, era muy fácil salir a la calle y pasar horas enteras sin otro objetivo que el de jugar. Patear el bote y salir corriendo en búsqueda de aquel lugar secreto, imposible de revelar, escondido, escuchando los sonidos del silencio; ¡1, 2, 3 por fulano!, el corazón se acelera, ¡ya encontraron a mengano! se escucha a lo lejos; esperar el mejor momento de salir y correr a la base sin ser visto, “salvación por mí y por todos mis compañeros”, ver a toda la palomilla abandonar su escondite y abrazarte, agradecidos  por salvarlos, uno vivía el heroísmo que el momento regalaba. Son muchos los juegos que podemos recordar, innumerables horas de regocijo que solo se veían interrumpidas por el llamado de mamá para merendar, cepillarse los dientes y ser cobijado por el amor de hogar, dormíamos seguros, así como también jugábamos seguros.
Los juegos modernos han cambiado, la necesidad los ha cambiado, no es que los niños de hoy ya no tengan la capacidad de imaginación como para crear mundos fantásticos puros; sino que el mundo, la velocidad con la que vivimos, la globalización, han hecho que los juegos modernos adquieran un rumbo distinto. Hemos secuestrado la infancia de los niños de hoy, se las hemos quitado, la violencia e inseguridad en nuestras calles les ha quitado la oportunidad de disfrutar la libertad de divertirse al aire libre sin que predomine la preocupación de que algo malo puede ocurrir, un secuestro, un robo, un tiroteo, y en ese evento el niño se vea afectado, si es que no ya forma parte de ese círculo.  Los hemos confinado a pasar su infancia encerrados, frente a una computadora, un video juego o el televisor. Ellos ya no crean, solo recrean los mundos que otros ya inventaron, se conforman con seguir un patrón viviendo con la creencia de que esa es la realidad, “como vivir en un reality”.
¡Yo soy Master Chief!, ¡a mi déjame al Chicharito!, ¡chingue su madre ya maté a tres pinches gringos en Gears!... con el control remoto en una mano y el balón en otra, el niño de hoy, nombrado por algunos el hombre del mañana, juega a la televisión.

1 comentario:

  1. Javier:

    Tristemente tienes razon yo cambiaria todo lo que tengo por viajar en el tiempo y estar en esa epoca de mi infancia, pero no es posible.

    gracias por tu columna que me hizo recordar muchisimas coasas que valen Oro para mi

    saludos

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